miércoles, 15 de diciembre de 2010

Made in Pakistan.

Tengo que hacer un recado. Me han encargado comprarle a mi sobrina un regalo por su cumpleaños. No me gustan estas cosas. Odio meterme en los centros comerciales una tarde de sábado debido a la cantidad de gente que está haciendo compras. Es muy agobiante.

Voy con paso firme y decidido para realizar la tarea cuanto antes y volver a casa, mientras pienso en lo que tengo que comprar: Un balón de fútbol.

Resulta que, a mi sobrina, le gusta el fútbol y, de mayor, quiere ser como el capitán del equipo de local y jugar en el mismo. Lo que no sé es si el cambio de sexo lo hará antes o después de aprender bien a jugar porque, sino, me parece harto difícil dado que, como la mayoría de clubes de fútbol, no tiene equipo femenino.

Mientras voy pensando en esto, curiosamente, interrumpe mi paso un balón de fútbol que bota justo delante de mí. Veo que se escapa e, intuitivamente, corro detrás de él para cogerlo, como si me fuera la vida en ello.

Lo atrapo y lo miro. Es como el que quiere mi sobrina. Tiene en grande el logotipo de una marca de esas que nos invade todos los días con sus anuncios en prensa, televisión y demás. Pero, más que la marca, me llama la atención un "Made in Pakistán" que figura en el mismo alrededor de la válvula de inflado.

De repente oigo a un grupo de chavales que, al grito de "¡señor, señor!" llaman mi atención. Están al otro lado de la valla de un colegio y me piden el esférico. Sin dudarlo, lo lanzo con la mano y se lo hago llegar a uno de los chicos. Y me dan las gracias. 

Me empiezo a imaginar en quién debió de hacer ese balón en Pakistán. Alguna vez, he podido ver imágenes de niños cosiendo balones. Además de tener que trabajar con siete u ocho años, tienen que aguantar cobrar una miseria por algo que, luego, se venderá en otros países por un precio cien veces más alto. Me parece curioso que, para que unos chicos y chicas jueguen a fútbol, otros chicos y chicas de la misma edad tengan que hacer los balones. Que para que unos chicos y chicas tengan móvil, otros chicos y chicas de la misma edad tengan que meterse en minas africanas para que, con sus pequeñas manos, puedan sacar los minerales necesarios para fabricarlos. Que para que unos chicos y chicas vistan bien, tengan que ser explotados otros chicos y chicas de la misma edad para que cosan las prendas de ropa que llevan.

Me parece que, a mi sobrina, le voy a regalar un libro.

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